27 de febrero de 2017

Minita viajera




Ser nómade no es tarea fácil. Acá algunos dilemas que seguro enfrentás cuando salís a algún lado y andás de acá para allá sin anclar en ningún puerto.

1) La ropa sucia: no sabés dónde ponerla. Siempre llevás una bolsa y se la asignás a la ropa sucia. El problema es que para volver, es mucho más difícil meter esa bolsa enorme en la valija que todo suelto y tirado.



2) El shampoo y la crema de enjuague. Esto, viajes como viajes, la regla de oro es llevarlo herméticamente, o al menos embolsado. Siempre, pero siempre se termina chorreando, explotando o como quieran describirlo.

El segundo problema con esto es: "Me voy dos días, ¿es necesario llevar el frasco entero de shampoo?" Y no nena, la verdad que no. Meté un poco en frasquitos, o comprate unos sobres, o jugate a que en el hotel haya algo decente para ponerte en la peluca.



3) El flagelo de poner los pantalones "abajo de todo". No entiendo si fue mandato familiar o qué, pero para mi, en la valija siempre pero siempre los pantalones hicieron de base. Llegan prolijitos, el problema es cuando querés sacar "solo un pantalón". Se complica hacer malavares para que todo lo que está arriba descomprima.



4) La ropa en rollitos. Esta idea me la dieron varias personas, pero para esto, la clave es armar los conjuntos. Si, parece que así le dicen al don que tienen solo unas pocas minas de saber qué se van a poner cada día de las vacaciones. ¿Estamos todos locos? ¿Cómo se supone que voy a saber qué se me va a dar la gana ponerme de acá a una semana? Misión imposible, perdón.



5) El miedo del peso. Hay una balanza peor a la que tenés que enfrentar en el baño antes de meterte en la ducha: la del aeropuerto, que enfrenta tu valija antes de ser despachada. Pero para alivianar esa carga, siempre está el infalible bolsito de mano.



7) El sagrado "bolsito de mano": Siempre envidiás a las minas que suben al medio de transporte con una carterita de todos los días. Van cómodas, sueltas, sin peso. Pero vos no podés evitar cargar de todos los "por las dudas" ese pobre bolso que está siempre al borde de explotar.



5) ¿Tenés chicos? Olvidate! Eso es para otro post a parte. Todos tus planes pasan a segundo plano, tenés que llevar un millón de mudas de ropa "por si": se manchan, se les rompe, lo lavás y no se seca, les agarra la chiripiorca que se quieren poner la misma remera todos los días, hace frío, hace calor. Las variables son infinitas.



Tip: Bancamos fuerte los videitos de Ceci Saia sobre cómo organizar la ropa y otras yerbas cuando viajas. ¿No lo viste todavía? Tiene un nuevo canal, todo de viajes. Pasen y vean. 



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