15 de febrero de 2010

Crónica de un día agitado



Consejo del día: nunca salgas sin paraguas...
Accesorio del día: pen drive solidario
Ten paciencia con... Los que no entienden que en el bondi las monedas se introducen TODAS JUNTAS!!!

Últimamente la vida se torna caótica. Cuando todo arranca con la pata izquierda, termina con la pata izquierda. Salvo, eventualmente, que logres salir adelante, quizá cerveza de por medio. Pero son ínfimas las excepciones, más cuando el día maldito cae lunes.
Odio el despertador. Si pongo el celular todavía no encontré una melodía que me haga despertar de buen humor. El pipipi pipipi me taladra el cerebro, y hoy, del sobresalto casi me caigo de la cama. Con el aire acondicionado estaba como para seguir otros 20 minutos más (porque los mios son 20, no 5 como el común de la gente). Pero lo apagué, porque “hay que ahorrar energía”. Lástima que lo que no ahorré fue agua, porque no sé por qué efecto sobrenatural de la naturaleza, invernadero, condensación o cómo se llame, cuando apagué el aparato cayó un torrente de agua.
Lo que los lectores no saben es que debajo del aire acondicionado tengo una cajonera sobre la que hay una indescriptible cantidad de chucherías, fotos, adornitos y bla bla bla. No pude dejarlo pasar (como suelo hacer con muchas cosas) y tuve que despertarme, rápidamente tiré todo al piso para que se seque y volví al sobre.
Cuando pongo la pava, siempre me hierve, entonces como no sé calcular el punto medio me tomo el mate cuasi frio. Salgo, con el pasto de la entrada de casa símil a una jungla intento ver si llegó la bendita factura del gas. Y no llegó. Nunca llega. La espero como una carta de amor, con tanto entusiasmo porque ya pasó el primer vencimiento y aunque quiera nunca puedo tener constancia para ese tipo de tareas domésticas (igual que la cocina, por cierto).
Igual, hoy pasó algo bueno. Se largó a llover cuando ya estaba en mi hogar dulce hogar. Porque de los días que llueve, aproximadamente el 90% se larga a las 19.59, un minuto antes de que salga de trabajar. Eso es tener suerte.
Próximamente, más días para el olvido.

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