19 de mayo de 2011

Cinco cláusulas del contrato de convivencia



Consejo del día: dormí, devolvé la bosa de ojeras!
Accesorio del día: tecito de tilo, manzanilla y otras hierbas
Ten paciencia con... las compañias de celular que en vez de soluciones te traen problemas!

Hay ciertas circunstancias que suceden SOLO y EXCLUSIVAMENTE en las novelas. De esas, gran parte se dan en la vida cotidiana, en la cruda convivencia que implica más ceder que tensar la soga (para algunos al cuello).

1- No se come fritanga: El hombre siempre quiere esas comidas suculentas y grasosas. Y, como si fuera poco, elaboradas. Con gustos y sabores, con especias, con condimentos, con todo. En cambio vos, cuando llegás de laburar tarde, te abrís una lata de atún y cortás medio tomate con mayonesa light. Más que por cuidar tu silueta para ahorrar tiempo (y vajilla para lavar).

2- A la mañana NO SE HABLA: Así, bien clarito. No me interesa el clima, para eso pongo la radio, para escuchar al locutor y no tener que responderle a nadie, simplemente ESCUCHAR. Capice?

3- ORDEN: Se ordenará sólo cuando haya tiempo. Es decir, una vez por semana, preferentemente los domingos.

4- OTROS: Se planchará sólo cuando sea de suma necesidad y urgencia (camisas acordeones, cuellos tipo OREJA DUMBO). En caso contrario, la mujer podrá rehusarse a perder su tiempo en semejante frivolidad hogareña.

5- LO DIGO o NO LO DIGO: NO harás declaraciones innecesarias tales como: "Hoy te toca lavar"; "Hoy vamos a lo de mamá"; "Las milanesas de la vieja son únicas"; "Las cosas light no me gustan"; "¿Qué comemos hoy?". La pronunciación de esta última irá acompañada por una pena de dos semanas seguidas de comida orgánica.

Yo, suscribo.
Amén.

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