Crímenes de minitas

Consejo del día: armate de paciencia
Accesorio del día: un halo de misterio para este post.
Ten paciencia con... La insistencia innecesaria

Sin temor a caer en la frivolidad, puedo afirmar que el crimen de Solange es un crimen de #minitah. Desde que empezó el juicio a Lucila Frend por el homicidio de su mejor amiga, Solange Grabenheirmer, recibo varias consultas, no de víctimas, ni de especialistas, sino de minitas, como vos y yo, ansiosas por saber qué pasó ese 10 de enero de 2007 en el PH de Florida.

Mientras nosotras nos quemamos las pestañas en pensar hipóteisis y repasar los hechos para saber si realmente Luli podría ser la homicida, los hombres, en cambio, determinan: "Tiene cara de loca, es la asesina".

Sucede que el caso tiene todos los condimentos que nos atraen: pasión, traición y misterio; la fórmula perfecta del éxito para una trama destinada a atrapar minitas. Por un lado, todas nos preguntamos qué había entre Luli y Sol; por el otro, nos divierte la "travesura" que las dos amigas le hicieron al auto del ex de Frend -Pablo Barrera- después de que intentó levantarse a Sol en su propia casa. Un mail que envió la acusada a su ex con copia a la víctima es una de las principales pruebas que tiene la querella para demostrar la supuesta mente asesina de Frend. Fuerte.
Pero hay más: un albañil enamorado, una mucama despechada (que seducía al novio de Solnage, Santiago Abranobich) y un compañero de teatro como tercero en discordia. Todos ellos andaban dando vueltas en el mundo de Sol.

Por otro lado, tenemos la clase social de las chicas. Imposible no notar el "tipo naaada" de Lucila en televisión y seamos sinceras: nos encanta revolver en los trapitos sucios de las demás. La mamá de Sol (Patricia Lamblot) asegura que a su hija le molestaba que su compañera le use la ropa. ¿Es motivo suficiente para cometer un crimen?

Por @cdilodovico