¿Consumo luego existo?

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Paradojas de la vida. Es como ser o no ser. Comprar o no comprar. Funciona igual. Es parte de controlar el impulso. De que te des cuenta (si es que alguna vez en tu vida entrarás en razón) de que eso que ves y tanto te gusta no es necesidad, se llama consumo. Pero, entre pito y flauta, siempre te inventás la necesidad. En ese sentido, y para los publicistas, las mujeres somos taaan fáciles. Hasta hacemos el trabajo por ellos. Creamos necesidades.
Será por eso que las publicidades de productos para mujeres son tan tontas? Y claro, con sólo mostrarnos que Penélope Cruz usa un shampoo con miel de abejas ya está. Si te resistís a comprarlo a lo sumo primero probás metiéndole miel al shampoo común, después vas con la miel directo. Cuando te das cuenta que tenés el pelo que chorrea azúcar y se te acercan todas las moscas, dejás de lado tu parte tacaña (porque también la tenemos) y finalmente accedés.
Vas y pedís en la perfumería el shampoo que usa Penélope Cruz, porque eso es lo único que te acordás, ya te olvidaste hasta de tu episodio con la miel. El consumismo te ciega. Asumilo. No lo necesitás, lo querés.
Hoy, después de darme un “gustito”, voy caminando y veo cartelitos pegados en la pared con la leyenda: “¿Consumo luego existo?”. Pero que lo parió!!! Me están persiguiendo. Sabés que Marx, soy re materialista. Viva el capitalismo CARAJO!