21 de febrero de 2011

Camaleón rebelde



Consejo del día: Factor 30
Accesorio del día: Un poncho transparente (?)
Ten paciencia con... El que te toca el timbre justo cuando te estás pintando las uñas. Que se quede afuera.

Te lo dijo mamita cuando tenías 5 años: “Ponete protector, el sol está muy fuerte”. Claro, ahí te lo aplicaba ella y vos te limitabas a quedar como una milanesa aceitosa cubierta de arena. Después, te hiciste adolescente. Y qué hacás? Bueno, varias cosas “rebeldes” como andar sin ojotas por la arena cuando la sensación térmica rozaba los 40 grados (porque es cool). Lástima que parecías un saltamonte y terminabas con la planta del pie ampollada. De conseguir minas/flacos ni hablar.
De grande te quedan resabios y hacés cosas como no ponerte protector:

a) Porque “sos macho”.
b) “Porque me quiero broncear más rápido!” (Andá a la cama solar entonces mamita!)
c) “Porque ya vine con algo de color, no me hace nada” (Si el color que filtra por el vidrio de la oficina, EMO!!!)

En fin, qué te puede pasar?

a) Efecto palito de la selva: te pusiste protector pero mal distribuido porque lo hiciste con desgano.
b) Efecto tomate perita: quedaste extremadamente rojo hirviendo con lo cuál no sólo no atraés minas/flacos sino que cada vez que alguien se te acerca rezás pro lo bajo para que no te toque los hombros.
c) Te diste cuenta de que también hay zonas que forman parte de tu cuerpo como el empeine, que está hirviendo con los deditos de los pies y andas caminando estilo momia.

Hay chicos chicos, chicos. ¿Lo digo o no lo digo? Como te ven te tratan y si te ven quemadito…

1 comentarios on " Camaleón rebelde "

Anónimo dijo...

Jajajajaja, buenísimo! tengo un hijo que no se pone protector porque "eso son mariconadas" (la realidad es que odia embadurnarse con cremas)
-saludos desde Málaga-

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