2 de noviembre de 2010

De cómo ser bellas a costa del dolor



Consejo del día: Ah si con este calor no te vistas de negro Teté!
Accesorio del día: arrancan los cortos!
Ten paciencia con... el alto precio y dolor de ser bellas.

Gracias a tan solemne acto de tener un casamiento, una mujer debe someterse a ciertos hábitos muchas veces "dolorosos". En primer lugar: el vestido. Te lo compraste te quedaba pintadito. No te acordás si era talle I o II y cuando mirás la etiqueta 3 meses después..OUCH, era I. Fuiste. El primer dolor es agarrarte la piel con el cierre mientras inhalás todo el aire de la habitación. La zafás.
Paso 2: El maquillaje. Diva total los ojos, la cara, los labios, todo. Ahora las uñas una patada en los intestinos. Te las pintás dos minutos antes de salir y son ESOS dos minutos donde rememorizaste todo lo que te olvidabas de llevar en tu "cartera" (si ese sobre diminuto se puede llamar cartera). Entonces agarraste todo rápido y el esmalte quedó lleno de huellas digitales y otros objetos.
En fin, la última y más dolorosa parte es el peinado. La mina que te lo hizo laburó a lo bestia. Después de una hora ya no sabía dónde meter tanto pelo. Spray, gel, hebillas, todo en una misma cabeza. TODO. "¿Te duele esta hebillita?" "NO". Mamadera! Después de 12horas sabés cómo duele esa hebillita!!! Te fractura la cabeza! Así que pensalo, esto de ser bellas a costa del dolor no se si es TAN gratificante.

1 comentarios on " De cómo ser bellas a costa del dolor "

Pequeño Jony dijo...

Una vez escuché a Petinatto decir: "Un ser humano que se arranca los pelos con cera hirviendo, es más boludo que yo". No quiero ser tan machista/categórico como Petti, pero creo que algo de razón hay en su premisa.

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