16 de abril de 2010

Furia en la ciudad



Consejo del día: el dinero no es todo, pero como ayuda!
Accesorio del día: un telefonito que hace PRIP! (aunque sea el sonido del éxito, TE VUELVE LOCAAAAAA)
Ten paciencia con: el sonido del éxito (asi no hago chivo che)

Hoy anduve por la ciudad como dopada (no fue producto del consumo de sustancias ilegales) será por eso que noté cosas que usualmente no suelo percibir. Se despertaron mis sentidos.
El botón de la camisa del profesor era un potencial misil. Llegue cansada a la facultad, me pesaban los ojos. Mi compañero me dice: “Hoy no dedicaste tiempo a peinarte” Y es verdad. Últimamente no dedico tiempo a nada. Mejor dicho, no tengo tiempo de nada.
Cuando iba para el trabajo, en el tren, suelo escuchar las charlas de los vecinos. Bien de chusma intrometida. Una chica joven hablaba con dos señoras grandes de la vida de madre que llevaba. Que se organizaba. Que mientras limpiaba el comedor ponía a sus dos hijas en la cocina. Cuando limpiaba la cocina la misma dinámica pero en otro sector de la casa. Entretanto, le daba tarea para practicar a la hija más grande y jugaba con la más chica.
Así, me agobió. Me cansé sólo de pensarlo. Me quedé dormida.
Bajé, con un hambre descomunal y $5 en la billetera. Ya era mi horario de entrada al trabajo y todavía me quedaban caminar unas diez cuadras que me separaban de la redacción. No estaba segura de aguantar el hambre tanto tiempo. Pensé que cualquier cosa rápida que quisiera comprarme para comer en el camino sería más de $5. ¿Por qué en los puestos de chori y panchos no aceptan tarjeta de débito? CARAJO!
Compré dos empanadas y las comí en el camino. La gente miraba raro. ¿Es raro comer en la calle mientras uno camina? Quizá sea más antihigiénico que raro, pero en fin. Gajes del oficio...de ser mujer.

1 comentarios on " Furia en la ciudad "

Jota on 25 de abril de 2010, 21:54 dijo...

y sí... es raro comer mientras se camina, la verdad

Publicar un comentario

 

Copyright © Doña Nadie. | Bajo Licencia Creative Commons Argentina